La automatización con inteligencia artificial está reduciendo los puestos de entrada para programadores recién graduados
Durante años, estudiar informática fue sinónimo de futuro asegurado. Las campañas de promoción lideradas por ejecutivos de grandes empresas tecnológicas como Amazon y Microsoft, junto con el impulso de presidentes de Estados Unidos, presentaban la programación como la llave hacia empleos bien remunerados y llenos de beneficios.
Sin embargo, esa promesa hoy parece tambalearse. Un número creciente de jóvenes licenciados en informática enfrenta una realidad distinta: la falta de oportunidades y la necesidad de buscar empleo en sectores ajenos a la tecnología, esto debido al avance de la inteligencia artificial.
Manasi Mishra, graduada en informática por la Universidad de Purdue, es un ejemplo de esta situación. Pese a haber crecido en las inmediaciones de Silicon Valley, epicentro mundial de la industria tecnológica, su camino no fue el esperado.

Mishra comenzó a programar desde la escuela primaria y soñaba con una carrera exitosa en una gran compañía. No obstante, tras un año de búsqueda de pasantías y empleos en tecnología, lo único que consiguió fue una entrevista para trabajar en la cadena de restaurantes Chipotle.
En un video en TikTok, la joven expresó su frustración: “La única llamada que recibí fue para trabajar en el restaurante”. Su testimonio refleja la brecha entre las expectativas creadas por el discurso de la industria y la dura realidad laboral que atraviesan miles de recién graduados.
Un desempleo creciente en carreras tecnológicas
Las cifras confirman que las dificultades no son casos aislados. De acuerdo con datos del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, las carreras de informática e ingeniería informática presentan actualmente algunas de las tasas de desempleo más elevadas entre los graduados universitarios de 22 a 27 años. En informática, la cifra alcanza el 6,1%, mientras que en ingeniería informática sube al 7,5%.

Estos porcentajes son más del doble de lo registrado en otras disciplinas como biología, donde solo un 3% de los recién graduados permanece desempleado. El contraste resulta llamativo, especialmente en un sector que hasta hace poco era visto como el más prometedor para los jóvenes.
El impacto de la inteligencia artificial
Uno de los factores determinantes en este panorama es el avance acelerado de la inteligencia artificial. Herramientas de programación basadas en IA, capaces de generar y optimizar código en cuestión de segundos, han reducido la demanda de ingenieros de software de nivel inicial.
Muchas de las tareas que solían realizar los recién contratados ahora pueden ser automatizadas. Por ello, algunas compañías están priorizando la integración de soluciones de inteligencia artificial en lugar de abrir vacantes para roles básicos de programación.

Este cambio de paradigma afecta directamente a quienes buscan ingresar por primera vez al mercado laboral tecnológico. La eliminación de puestos de entrada deja a los nuevos graduados sin el espacio natural para comenzar a desarrollar su experiencia profesional.
Una desconexión entre promesas y realidad
La situación ha generado descontento en una generación que, motivada por campañas oficiales y empresariales, apostó por la informática como una inversión segura para su futuro. La historia de Mishra y de otros jóvenes evidencia la desconexión entre el relato optimista que rodeaba a las carreras tecnológicas y el escenario que hoy enfrentan sus egresados.
Mientras la inteligencia artificial gana terreno y redefine las dinámicas del mercado laboral, los recién graduados se ven obligados a explorar otros sectores para poder insertarse en el mundo del trabajo, incluso en áreas tan alejadas de sus estudios como la comida rápida.
Lo que antes parecía una autopista directa hacia empleos de seis cifras se ha convertido en un camino incierto, marcado por la competencia, la automatización y la necesidad de reinventarse.