EatingWell y la Escuela de Medicina de Harvard analizan los beneficios de ambos elementos para el tránsito intestinal y explican cuál es la mejor estrategia según cada caso
El estreñimiento afecta a millones de personas en todo el mundo y se caracteriza por evacuaciones poco frecuentes o difíciles, lo que puede causar malestar y repercutir en la calidad de vida.
Cuando este síntoma se presenta de manera recurrente, surge la duda sobre si es preferible aumentar la fibra en la dieta o recurrir al magnesio para mejorar la regularidad intestinal.
Tanto la Escuela de Medicina de Harvard como el medio especializado EatingWell destacan la importancia de analizar ambos enfoques y de adoptar una estrategia informada para el cuidado digestivo.
El rol de la fibra en la prevención y alivio del estreñimiento
La fibra es un tipo de carbohidrato fundamental para la salud digestiva y el bienestar general. Se clasifica principalmente en fibra soluble, que absorbe agua y forma un gel capaz de ablandar las heces, y fibra insoluble, que aumenta el volumen fecal y favorece un tránsito intestinal fluido.

Ambas interactúan para prevenir el estreñimiento y contribuyen al equilibrio del microbioma intestinal. EatingWell resalta la relevancia de consumir tanto fibra soluble como insoluble para optimizar la digestión y la salud general.
Las recomendaciones de Harvard indican que una persona adulta necesita entre 25 y 35 gramos de fibra al día, cifra que puede alcanzarse mediante la incorporación regular de frutas frescas, verduras, legumbres, granos integrales, semillas y frutos secos en la alimentación. Es preferible introducir estos alimentos de manera gradual, ya que un incremento brusco puede provocar molestias como gases o distensión abdominal.
Una correcta ingesta de agua es indispensable, ya que la fibra requiere líquidos para cumplir su función de manera eficiente. Además de prevenir el estreñimiento, la fibra ayuda a controlar el peso corporal, regula los niveles de glucosa en sangre y ofrece protección cardiovascular.

La Escuela de Medicina de Harvard enfatiza que los alimentos integrales proporcionan una combinación natural de ambos tipos de fibra, por lo que se recomienda priorizarlos frente a los suplementos elaborados.
Magnesio: cuándo considerar los suplementos
El magnesio es un mineral esencial que se encuentra en semillas, frutos secos, vegetales de hoja verde, legumbres y cereales integrales. Cumple funciones clave en el organismo, como la contracción muscular, la síntesis de proteínas y la regulación de la presión arterial.
En el contexto del estreñimiento, ciertas presentaciones de magnesio (citrato, hidróxido o sulfato) pueden ejercer un efecto laxante osmótico al favorecer la retención de agua en el intestino y facilitar el ablandamiento de las heces. Harvard recomienda que el uso de suplementos de magnesio se reserve para situaciones en las cuales una dieta rica en fibra, acompañada de hidratación y actividad física, no logra el alivio esperado.

El consumo de suplementos exige siempre la consulta previa a un profesional de la salud, ya que el uso inadecuado puede causar efectos adversos como diarrea, deshidratación o alteraciones en el equilibrio de minerales, así como posibles problemas renales.
En general, el magnesio obtenido a través de los alimentos resulta seguro y suficiente para cubrir las necesidades del organismo. El riesgo se asocia principalmente a la automedicación o al consumo prolongado de dosis elevadas en forma de suplementos.
Estrategias complementarias para favorecer la regularidad intestinal
Tanto EatingWell como Harvard destacan que la alimentación y los suplementos no son los únicos factores a considerar en la prevención y el tratamiento del estreñimiento. Mantener una hidratación adecuada durante todo el día, realizar actividad física regular —como caminar, nadar o andar en bicicleta— y gestionar el estrés, que puede influir en el ritmo digestivo, resultan fundamentales.
También se recomienda establecer horarios regulares para las comidas y no ignorar el impulso de evacuar, ya que posponerlo puede favorecer la persistencia del problema.

La estrategia más segura y eficaz, según ambas fuentes, consiste en aumentar gradualmente la fibra mediante alimentos naturales, acompañarla de suficiente agua y mantener un estilo de vida activo. El magnesio puede considerarse en situaciones puntuales, siempre bajo vigilancia médica. Si los cambios dietéticos y en el estilo de vida no logran resolver el estreñimiento, o aparecen síntomas como dolor abdominal, sangre en las heces o pérdida de peso sin causa aparente, consultar a un profesional de la salud resulta indispensable para descartar causas subyacentes y definir el tratamiento apropiado.
Priorizar alimentos integrales, asegurar una correcta hidratación y evitar la automedicación con suplementos conforman las recomendaciones centrales para preservar la salud digestiva y mejorar la calidad de vida.