El ministro de Desregulación difundió una grabación que muestra el robo del techo panorámico de un vehículo. La nueva medida elimina trabas para traer autopartes desde el exterior en forma particular
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, compartió en sus redes sociales un video que muestra a un hombre trepando a un automóvil estacionado en plena vía pública para robar el vidrio panorámico del techo. Vestido como repartidor y con una mochila, el ladrón aparece en la escena acercándose al vehículo, subiendo al techo con movimientos rápidos y retirando una de las piezas en cuestión de segundos.
La secuencia fue utilizada por Sturzenegger para justificar la reciente decisión del Gobierno de liberar la importación de autopartes para uso personal. “Repuestos caros son repuestos que se roban”, escribió el funcionario junto al video, aludiendo al vínculo entre los precios elevados y los delitos vinculados al robo de partes automotrices.
El contenido fue difundido a través de X (antes Twitter). “Hoy le toca a la importación de autopartes”, expresó Sturzenegger, y explicó que la medida se tomó por cinco motivos: “Por un tema de seguridad vial (repuesto caro es repuesto que no se cambia prolongando su uso más allá de su vida útil), por un tema de seguridad personal, por un tema de seguros, por un tema de competitividad y por un tema de comodidad”.

La publicación del video acompañó el anuncio de la entrada en vigencia de la Resolución 222/25, firmada por el secretario de Industria y Comercio, Emilio Marzoratti, que elimina la exigencia del Certificado de Habilitación de Autopartes de Seguridad (CHAS). Según Sturzenegger, ese trámite previo “hacía virtualmente prohibitiva la importación” de piezas por parte de particulares.
“El CHAS exigía un ensayo carísimo, curiosamente no de todas las piezas de seguridad, sino solo de aquellas que tenían fabricación local”, argumentó el ministro. Con la nueva normativa, “la aduana no podrá frenar la importación de autopartes, aunque se deberá completar una declaración jurada donde conste que la pieza cumple con los requisitos mínimos de seguridad exigidos por el Decreto 196/2025 del presidente Javier Milei”.
En el caso de importación para uso personal y no comercial, el procedimiento no requerirá ninguna documentación adicional: bastará con que la persona asuma la responsabilidad del uso del repuesto.
El video no fue el único argumento visual o simbólico utilizado por Sturzenegger en las últimas semanas para acompañar anuncios. Anoche, durante una entrevista en el canal de streaming Neura, el ministro explicó la apertura a la importación de autos 0 km y usados. “El gobierno de Milei es un gobierno que siempre está pensando en la gente. No está pensando si le sirve la casta. No vamos en contra de nadie, vamos a favor de la gente”, afirmó entonces.
Sturzenegger eligió ahora el registro de una cámara de seguridad y una escena de robo callejero para vincular precios, normativa y criminalidad. En su publicación, subrayó que altos valores de los repuestos generan problemas que exceden lo económico: “Repuestos caros llevan el seguro a las nubes. Repuestos más caros encarecen los costos de producción”.
Cuánto costaría importar un auto de forma particular

Hace algunas semanas, desde una terminal automotriz explicaron a Infobae: “Hay personas que siguen pensando que los fabricantes nos llenamos de plata con cada auto que vendemos. No es cierto. El margen que se toma un importador varía entre el 15% y el 30%, porque de ahí se pagan todos sus costos, que van desde impuestos en adelante, pasando por salarios, consumos, logística, publicidad, etc. Eso varía entre una automotriz, que tiene mucha mayor envergadura como compañía o un importador, que suele tener una estructura más reducida”.
“El margen de ganancia pura que queda a la marca es entre el 6% y el 7% para los fabricantes, y probablemente sea algo más del 10% para un importador oficial”, agragaron.
En el caso de los autos importados de extra zona, que son los que una persona podría intentar traer de manera particular evitando el concesionario, el detalle de costos inicia tomando la base del precio FOB, el precio del vehículo puesto en el puerto de embarque en el país de origen.
Los importadores tienen que sumar unos USD 2.500 de flete y seguro como primer gasto. Luego, al llegar a Argentina, un 35% de arancel de importación, un 3% de tasa estadística, otros USD 1.000 de gastos de logística y traslado local, un 10% de impuestos entre Ingresos Brutos, impuesto a las Ganancias o anticipo, impuesto a los Débitos y Créditos, tasas provinciales y municipales, el IVA del 21% y el margen del concesionario de entre el 10 y el 15%.
Así, un auto con un precio de USD 15.000 FOB termina costando cerca de unos USD 45.000, y si ese auto es parte del cupo que el Gobierno habilitó sin arancel de importación, el valor bajaría a unos USD 36.000.
Pero si este mismo trámite lo quisiera hacer un particular, algunos costos se reducen, como el margen de ganancia de la marca y el del concesionario, pero otros se encarecen, como el precio al que lo compra en el país de origen. Sucede que las fábricas no venden los autos a los particulares, y se deben comprar en un concesionario, con lo cual se paga un precio mayor que incluye la ganancia del fabricante y la de la agencia en la que se compra la unidad.
También el flete y el seguro son más caros porque es una sola unidad y no un lote. En ese caso, un auto que el importador compra en Europa por USD 15.000 FOB, un particular lo pagará por lo menos USD 20.000 y traerlo tendría un precio aproximado entre los USD 40.000 y los USD 45.000.