Tras nueve años de funcionamiento, el centro que integraba enseñanza, salud y apoyo social dejará de operar este año, reflejando un cambio de prioridades en la estrategia de impacto de la Chan Zuckerberg Initiative
El ambicioso proyecto educativo fundado por Mark Zuckerberg y Priscilla Chan en 2016, conocido como ‘The Primary School’, dejará de operar este año tras casi una década de funcionamiento. Concebido como una escuela gratuita e integral para familias de bajos ingresos en Palo Alto, el centro representó una apuesta por transformar el modelo educativo tradicional.
Hoy, su cierre no solo marca el fin de una iniciativa que alguna vez fue celebrada como ejemplar, también un giro en la estrategia filantrópica de la Chan Zuckerberg Initiative (CZI), que ha comenzado a alejarse de la educación y las políticas de diversidad para volcarse a la biomedicina y la inteligencia artificial.
La escuela, que alcanzó a atender hasta 443 niños, fue presentada como un modelo educativo que unía formación académica, atención médica, apoyo familiar y servicios extendidos.

La mayoría de sus estudiantes provenían de comunidades latinas y migrantes, y contaban con clases en inglés y español, jornadas adaptadas para padres con horarios laborales complejos, apoyo habitacional y atención dental gratuita.
Falta de financiación la principal causa del cierre
Pero ni siquiera esa estructura, en apariencia inquebrantable, logró resistir la caída en las donaciones privadas y la falta de respaldo gubernamental.
Ninguno de los niños que comenzó en The Primary School alcanzará a graduarse allí. El cierre fue anunciado en abril, acompañado de cheques individuales de entre 1.000 y 10.000 dólares a las familias afectadas.
La explicación oficial alude a “una decisión muy difícil”, sin referencias al descenso en la financiación, que pasó de 8 millones de dólares en 2022 a apenas 3,7 millones en 2023, mientras los costos operativos alcanzaban los 12 millones anuales.

Aunque la Chan Zuckerberg Initiative nació bajo el lema de construir “un futuro más inclusivo, justo y saludable para todos”, su estrategia ha ido mutando en los últimos años. Fundada en 2015 como una LLC (Sociedad de Responsabilidad Limitada), la organización posee una estructura que le permite financiar tanto ONGs como empresas privadas, además de intervenir en debates políticos.
Esta flexibilidad fue clave para posicionarse como una fuerza influyente en áreas como la educación, la justicia social y la asequibilidad de la vivienda. Sin embargo, en los últimos años ha comenzado a redirigir gran parte de sus recursos hacia la investigación científica.
Un nuevo enfoque de Chan Zuckerberg Initiative
El cierre de The Primary School coincide con una retirada progresiva del discurso centrado en diversidad, equidad e inclusión (DEI), tanto por parte de Meta como de otras grandes tecnológicas estadounidenses.

Mientras algunas voces acusan a Zuckerberg de distanciarse de causas sociales frente a contextos políticos adversos, la organización ha optado por centrar sus esfuerzos en proyectos como el Chan Zuckerberg Biohub Network, una red de centros científicos que busca curar, prevenir o controlar todas las enfermedades para finales del siglo XXI.
Aunque fue presentada como una escuela comunitaria, para algunos críticos The Primary School funcionó más como una start-up: nació con inversión privada, apostó por la innovación social y, cuando los números dejaron de cuadrar, fue cerrada sin mayores explicaciones. La lógica del emprendimiento, trasladada al ámbito filantrópico, parece haber prevalecido sobre el compromiso a largo plazo.
La decisión de clausurar la escuela deja en evidencia los límites del modelo de intervención social impulsado por las grandes fortunas tecnológicas. Que una organización con los recursos de la Chan Zuckerberg Initiative no haya logrado sostener un proyecto educativo local plantea dudas sobre el futuro de las comunidades que dependen únicamente de políticas públicas o de donaciones mucho más limitadas.
El final de The Primary School representa más que el cierre de un edificio, es la conclusión de una narrativa que buscaba vincular la filantropía con la innovación en uno de los entornos más desiguales del mundo tecnológico.