En esta nota, Úrsula Sabarece —militante travesti y presidenta de la organización Furia Travesti— denuncia el transfemicidio social de Yoselin, una joven trans fallecida en Puerto Vilelas. Apunta al desfinanciamiento estatal, la desidia institucional y la violencia estructural que afecta a las personas trans en el acceso a la salud. Exige Justicia, que los responsables políticos se hagan cargo y una reparación urgente.
Por Úrsula Sabarece*
Hoy nos embargan el dolor y la furia. Denunciamos con profunda indignación el fallecimiento de Yoselin, una joven trans de tan solo 27 años, ocurrido este lunes en Puerto Vilelas. Su muerte no es un hecho aislado: es un transfemicidio social, la expresión más brutal de una cadena de violencias estructurales y de una desidia institucional que día tras día deshumaniza y condena a las personas trans en nuestra provincia.
Yoselin acudió al Hospital de Puerto Vilelas con fuertes dolores en el pecho y dificultades para respirar. Fue atendida, medicada y dada de alta. Una hora después, ya en su domicilio, se descompensó nuevamente y falleció. ¿Cómo es posible que una persona con síntomas tan alarmantes haya sido enviada a su casa sin una evaluación seria y profunda? Esto no es solo negligencia médica: es una manifestación cruel de la discriminación sistemática que atravesamos en el sistema de salud.
Cada vez que una persona trans pisa un hospital, se enfrenta a miradas prejuiciosas, a tratos indignos, a la negación de su identidad. No se nos atiende como personas, sino como “pocas cosas”, como si nuestras vidas no valieran lo mismo que las de los demás. El parte oficial habla de una “falta de información precisa”; nosotros decimos: esto fue transodio institucional.
Pero esta muerte también tiene responsables políticos. Queremos señalar con nombre y apellido: el gobierno de Leandro Zdero ha desmantelado y desfinanciado las políticas de género y diversidad sexual en la provincia del Chaco. Desde la Subsecretaría de Género, bajo su gestión, se han vaciado recursos, debilitado equipos profesionales y abandonado el compromiso con nuestras vidas.
¿Dónde están las políticas de salud inclusivas? ¿Dónde están los protocolos de atención con perspectiva de género que garanticen que un dolor en el pecho de una persona trans sea tomado con la misma seriedad que el de cualquier otra persona? Hoy están recortados, desdibujados, invisibilizados… igual que nuestras existencias.
La denuncia radicada por el padre de Yoselin en la comisaría de Puerto Vilelas es también nuestro grito de justicia. Exigimos una investigación exhaustiva y transparente que no solo determine las causas médicas de su fallecimiento, sino también las responsabilidades institucionales y políticas por la falta de atención adecuada y por el abandono sistemático de políticas públicas que deberían haberla protegido.
El transodio mata. Y el desfinanciamiento estatal es su cómplice.
Nuestras vidas importan. Exigimos respeto, atención médica de calidad, y un sistema que nos vea y nos trate como las personas que somos, no como expedientes a descartar. La justicia para Yoselin es un paso urgente y necesario para que ninguna otra persona trans tenga que enfrentar esta violencia institucional.
¡Ni una travesti/trans menos! ¡Justicia para Yoselin!
*Militante travesti, presidenta de Furia Travesti