El asiático perdió la estabilidad de su coche y protagonizó un golpe fuertísimo contra una pared. Su auto quedó destrozado, pero él salió ileso
Yuki Tsunoda protagonizó una de las escenas más impactantes del Gran Premio de Emilia-Romaña al dar un vuelco durante la clasificación de este sábado. El japonés perdió la estabilidad de su auto y terminó haciendo un trompo. “Un gran impacto para Tsunoda en la curva 6, pero está fuera del coche y parece estar bien. Se dirige al centro médico para un chequeo”, informaron las cuentas oficiales de la F1.
Grateful to see Yuki Tsunoda walk away from this enormous shunt in Q1#F1 #ImolaGP pic.twitter.com/hsviPlI66P
— Formula 1 (@F1) May 17, 2025
El piloto de Red Bull había protagonizado un cruce con Franco Colapinto durante los entrenamientos libres del viernes debido a que el argentino lo obstaculizó en una de sus vueltas e hizo que perdiera tiempo en ese giro. El sudamericano estaba a punto de entrar a boxes para cambiar las gomas medias y entorpeció el andar del japonés, que se vio unos segundos obstaculizado y perdió la vuelta. El asiático ensayó un gesto imperceptible que no pasó desapercibido: le levantó el dedo mayor de su mano.
Vale remarcar que el coche de Colapinto apareció en el camino del Tsunoda, pero los movimientos fueron involuntarios y no quiso obstaculizarlo. Pese a ello, el piloto de Red Bull Racing-Honda RBPT le dedicó un gesto obsceno y luego siguió su camino aprontándose para mejorar los tiempos en la vuelta siguiente.
El pasado 6 de abril, Yuki Tsunoda debutó oficialmente con Red Bull Racing ante su público local en Suzuka, Japón, convirtiéndose en el primer piloto japonés en ocupar un asiento titular en el equipo principal de la escudería austríaca. Pero el camino hasta allí no fue lineal. “Tuve que cambiar mi enfoque de cara al futuro, después de lo que pasó con Daniel en Baréin el año pasado. De lo contrario, no seguiría en la F1″, reconoció el piloto en una entrevista con The Independent.
El ascenso de Tsunoda al equipo principal de Red Bull Racing no sólo marcó un hito para el automovilismo asiático, sino que representa una transformación personal y profesional del joven piloto japonés. Con 24 años y tras 93 carreras en la Fórmula 1, Tsunoda logró finalmente lo que muchos consideraban una oportunidad merecida, pero postergada: compartir los boxes con Verstappen, cuatro veces campeón del mundo.