La Urgente Necesidad de Renovación en el Chaco: Más allá de Capitanich y Hacia un Futuro de Producción y Trabajo. El panorama político en la provincia del Chaco se encuentra en un punto de inflexión crucial. La figura de Jorge Capitanich, otrora líder indiscutible, ha visto su imagen erosionada hasta convertirse, en la percepción de muchos, en sinónimo de corrupción y una gestión marcada por la falta de transparencia. Este declive no solo afecta al Partido Justicialista, sino que abre una brecha para la emergencia de una nueva dirigencia capaz de congregar a sectores diversos: radicales desencantados, independientes, empresarios, comerciantes y partidos provinciales que buscan una alternativa real al statu quo. La creciente desilusión con Capitanich y su legado exige una respuesta contundente, una propuesta que trascienda la mera crítica y ofrezca un camino tangible hacia un Chaco próspero y transparente.
La deserción de figuras políticas que inicialmente habían manifestado su apoyo al sector de Capitanich es un claro indicativo de la pérdida de confianza. La falta de participación y el desprecio por las voces disidentes han generado un malestar generalizado, exacerbado por la controvertida decisión de legisladores nacionales de votar en contra de la ley de “Ficha Limpia”, una medida que busca impedir que personas con condenas por corrupción accedan a cargos públicos. Esta acción, ampliamente atribuida a las órdenes de Capitanich, refuerza la percepción de que su principal preocupación es blindarse ante las crecientes investigaciones judiciales que lo rodean, tanto a nivel provincial como nacional. La sombra de la corrupción, con acusaciones que incluso podrían alcanzar al propio gobernador según la opinión de algunos fiscales, proyecta una imagen sombría sobre el presente y futuro del Chaco.
Ante este panorama, emerge la necesidad de una alternativa que ofrezca soluciones concretas a las problemáticas más acuciantes de la provincia. Las propuestas se centran en tres pilares fundamentales: salud, educación y seguridad. Una salud pública más accesible y cercana a la gente, una educación enfocada en brindar a los jóvenes las herramientas y habilidades necesarias para insertarse en un mercado laboral competitivo, y una seguridad que involucre activamente a la comunidad a través de foros de seguridad y una mayor presencia policial, son las bases de este nuevo proyecto. La receptividad de la población a estas propuestas, particularmente en el ámbito de la seguridad, demuestra la urgencia de un cambio de rumbo.
Un aspecto clave de esta propuesta radica en el compromiso con el sector productivo de la provincia. El respaldo constante a los productores, el entendimiento de sus necesidades y la promoción de políticas que impulsen la producción y el trabajo son fundamentales para construir un nuevo Chaco. El hartazgo con los últimos años de gestión de Capitanich, marcado por escándalos y denuncias, ha generado un clima de desconfianza y escepticismo. En este contexto, la presentación de un proyecto alternativo ofrece a la gente una opción real, una oportunidad de elegir entre un pasado turbio y un presente que consideran improvisado.
La esencia de esta propuesta se define como una “verdadera reconstrucción y renovación del peronismo”. No se trata simplemente de cambiar nombres, sino de incorporar jóvenes intendentes que han demostrado su capacidad de gestión, combinarla con la experiencia y trayectoria de figuras consagradas, y valorar la participación activa de la militancia. Esta combinación de juventud y experiencia, de innovación y tradición, es lo que, según sus promotores, les permitirá conectar con la gente y ganar las próximas elecciones. Se presentan como la única esperanza para un futuro de producción y trabajo en el Chaco.
La incredulidad generalizada hacia la palabra de Capitanich, tras una serie de promesas incumplidas y escándalos resonantes, alimenta la convicción de que las próximas elecciones representarán una nueva derrota para el exgobernador, la séptima en los últimos dos años. La clave reside en la capacidad de plantear una alternancia real, un cambio profundo en un espacio político que, si bien ha logrado avances en infraestructura gracias a la coordinación de políticas con el gobierno nacional y provincial, ha visto empañada su reputación por la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos. La priorización de intereses particulares, la relación privilegiada con ciertos empresarios como los hermanos Palacio y Bernal, y el alejamiento de entidades intermedias valiosas como comisiones vecinales y foros de seguridad, han contribuido a erosionar la confianza de la población. La gente entiende, en definitiva, que “la culpa no tiene el chancho sino el que le da de comer.”
La serie de derrotas sufridas por el peronismo en el Chaco, incluyendo la pérdida del gobierno provincial, de un número significativo de municipios y de la capital, Resistencia, señalan un cambio en el sentir de la población. La necesidad de una nueva dirigencia que priorice la transparencia, la honestidad y el bienestar de todos los chaqueños se hace cada vez más evidente. El futuro del Chaco depende de la capacidad de construir un proyecto que supere las sombras del pasado y ofrezca una visión clara y convincente para el futuro. Las próximas elecciones serán un punto de inflexión crucial, un momento para elegir entre la continuidad de un modelo desgastado y la oportunidad de construir un nuevo Chaco de producción y trabajo, donde la confianza y la transparencia sean los pilares fundamentales de la gestión pública.
Por Juan Carlos Ayala Diputado Bloque Primero Chaco