Este 1 de mayo entró en vigor la Reforma de Pensiones, una de las principales promesas de campaña del Gobierno de Gabriel Boric, la que establece de manera gradual varios cambios sustantivos como el aumento de la Pensión Garantizada Universal (PGU), una nueva cotización final de un 8,5% con cargo al empleador y una compensación a las mujeres debido a su mayor expectativa de vida.
Así las cosas, la primera medida es la ampliación del Seguro de Lagunas Previsionales del Seguro de Cesantía, que comenzó a regir este Día del Trabajador y que de esta manera se convierte en un beneficio universal, ayudando a aumentar las bajas pensiones de aquellas personas que han tenido lagunas previsionales al quedarse sin trabajo.

Los pasos que vienen
La siguiente medida, que fue motivo de arduos debates, comenzará a aplicarse en agosto y se trata de la nueva cotización por parte del empleador, que subirá del 1,5% actual a un 8,5% en un plazo de 9 a 11 años. De esta cifra, un 4,5% irá a las cuentas individuales administradas por las AFP y el 4% restante irá al Seguro Social Previsional (SSP).
En septiembre se materializará el anhelado aumento de la PGU -que también se aplicará a exonerados políticos-, el que llegará a los $250.000 mensuales (USD 265) para jubilados de más de 82 años. Un año después -en septiembre de 2026-, cubrirá también a los mayores de 75 años y el mismo mes de 2027 lo hará para aquellos con 65 años.
En enero de 2026 comenzará también a pagarse el nuevo Seguro Social, que incluye una compensación por años cotizados y un bono especial para mujeres por expectativa de vida, el que permitirá equiparar su pensión a la de los hombres, siempre y cuando posean ahorros y un grupo familiar similar.
Finalmente, en agosto de 2027 se llevará a cabo la primera licitación del stock de afiliados, subastándose el 10% del universo total de adscritos al sistema a la AFP que ofrezca la comisión más competitiva, comisión que se deberá mantener por cinco años.