Emma Maria Mazzenga es una atleta italiana que, a los 90 años, ha dejado una huella imborrable en el mundo del atletismo máster. Con una carrera que comenzó más tarde que la de la mayoría de los atletas, Emma ha demostrado que la edad no es un obstáculo para lograr grandes cosas.
A lo largo de su vida, ha roto récords mundiales, ha sido una referente en su categoría y se ha mantenido fiel a su pasión por el deporte y la competencia. Lo que comenzó como una afición tardía se transformó en una carrera llena de éxitos y satisfacciones personales que continúan hoy.
Un comienzo tardío en el atletismo
Aunque el atletismo nunca fue parte de su vida durante su juventud, Emma decidió comenzar a entrenar a los 53 años, un momento en que muchas personas piensan que su tiempo para hacer deporte ha pasado. Sin embargo, para ella, fue solo el principio. Comenzó a competir en la categoría máster, un espacio donde la edad no es un impedimento, sino un desafío diferente.

A lo largo de los años, Mazzenga ha establecido cinco récords mundiales y nueve récords europeos, además de ser elegida 28 veces como la mejor representante de Italia en su categoría, según Corriere della Sera. Sin lugar a dudas, su vida demuestra que nunca es tarde para empezar, y que el verdadero logro radica en la constancia y el esfuerzo diario.
Un entrenamiento dedicado a la excelencia
El entrenamiento es una parte fundamental en la vida de Emma. A pesar de su edad, sigue entrenando tres veces por semana. En invierno, se la puede encontrar en el Palaindoor de Padova, mientras que en verano se traslada al Estadio Colbacchini, donde sigue un plan estricto diseñado por su entrenador, Daniele Aloe.
En sus palabras, su entrenamiento consiste en sesiones que comienzan con un poco de trote y luego realizan sprints de 50 a 60 metros. “Me entreno tres veces a la semana. Durante la carrera siento la tensión, al final me duelen los músculos, pero el ánimo está mucho mejor”, explicó Mazzenga a La Repubblica, mostrando que el esfuerzo físico es necesario, pero se convierte en una fuente de motivación personal.

En una competencia indoor en Padua, Italia, consiguió un tiempo de 54,47 segundos en los 200 metros, destrozando el récord mundial anterior de su categoría (W90) que había sido establecido hace 13 años por la canadiense Olga Kotelko.
Según informó Runners World, Mazzenga no solo superó la marca anterior de 1 minuto y 0,72 segundos, sino que también se convirtió en la primera atleta de esa categoría en romper la barrera del minuto.
Su lesión y su resiliencia
Sin embargo, la lesión de esternón que sufrió hace algunos meses la alejó temporalmente de los entrenamientos. Durante cuatro meses estuvo fuera de acción, pero su determinación la llevó a una rápida recuperación.

Emma misma cuenta cómo, a pesar del dolor y las dificultades, nunca dejó de moverse: “Estuve en casa una semana después de mi accidente, pero cuando bajé a sacar la basura me di cuenta de que estaba luchando y que quedarme quieta no me ayudaría. Así que empecé a caminar de nuevo, a montar en bicicleta estática para al menos recuperar el aliento y a mediados de diciembre volví a la normalidad”.
Esta actitud resiliente ha sido clave en su éxito. A pesar de las adversidades, Emma ha demostrado que la fuerza de voluntad y la superación personal son esenciales para seguir adelante.
Más allá del atletismo, la mujer sigue llevando una vida muy activa. Cada día, se dedica a mantener su hogar en orden, lee, disfruta de las redes sociales, y participa en actividades sociales.
Le encanta estar rodeada de personas, como su amiga Rosa Marchi, con quien comparte la pasión por el atletismo máster y que también la acompaña en muchos de sus viajes y entrenamientos.
Además, Emma no se limita a competir solo en Italia. Viaja constantemente para participar en diferentes campeonatos y conocer nuevos lugares y personas. “Nunca me quedo quieta y me encanta estar entre la gente”, relató en una entrevista, mostrando su disposición para seguir aprendiendo y relacionándose con el mundo.

El futuro y la superación constante
A pesar de los impresionantes logros alcanzados, Mazzenga nunca se conforma con lo logrado. Siempre busca mejorar y seguir superando sus propios límites.
“Ahora espero mejorar con los entrenamientos y acercarme a la forma en la que estaba hace un año”, expresó, lo que refleja su constante deseo de seguir siendo mejor cada día.
Como ella misma dice, “la emoción de una carrera me mantiene viva”, y esta frase encapsula la filosofía de vida que la ha acompañado durante todos estos años.
Emma sigue demostrando que nunca es tarde para empezar, que siempre hay una oportunidad para superarse y que el camino hacia el éxito está lleno de desafíos y recompensas. Con sus récords, su actitud positiva y su vida activa, Emma Maria Mazzenga sigue siendo un faro de motivación para todos.