El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, celebrado en la Casa por la Memoria de Sáenz Peña, tuvo una resonancia particular este año debido a la presencia de Juan Carlos Ayala, diputado provincial con una larga trayectoria en la defensa de los derechos humanos. Su asistencia, sin embargo, no estuvo exenta de controversia y generó un debate sobre el estado actual de las políticas de memoria en la provincia.
Ayala, en su calidad de ex Presidente de la Comisión de Derechos Humanos, ex Subsecretario de Memoria, Verdad y Justicia y actual Vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos, personifica una figura clave en la lucha por la reparación y la justicia para las víctimas del terrorismo de Estado. Su experiencia y compromiso lo convierten en una voz autorizada para hablar sobre el tema.
Sin embargo, su presencia estuvo empañada por la persistente problemática de la falta de autonomía y autarquía de la Comisión Provincial por la Memoria, la Verdad y la Justicia. La memoria de las promesas incumplidas del Gobernador Capitanich, quien no concretó la plena independencia de la Comisión, resonó con fuerza. Esta promesa incumplida, luego de 16 años de gobierno provincial, deja a la Comisión expuesta a la influencia y manipulación de cualquier gobierno de turno, una situación particularmente preocupante en el contexto actual.
La mención del «negacionismo de Milei» subraya la creciente preocupación por un posible retroceso en las políticas de memoria y derechos humanos a nivel nacional. La percepción de una escasa voluntad política para fortalecer la Comisión Provincial, especialmente en un escenario donde el discurso negacionista gana terreno, genera un sentimiento de descontento y frustración entre quienes trabajan por la preservación de la memoria y la búsqueda de la verdad.
En resumen, la participación de Juan Carlos Ayala en el acto conmemorativo, si bien importante por su trayectoria y compromiso, sirvió como un recordatorio amargo de las deudas pendientes en materia de derechos humanos en la provincia. La falta de autonomía de la Comisión Provincial por la Memoria, la Verdad y la Justicia, junto con la amenaza del negacionismo, plantea serios desafíos para el futuro de las políticas de memoria en la región, generando un ambiente de poca presencia y, sobre todo, gran descontento. La figura de Ayala, en este contexto, encarna la tensión entre el compromiso individual y las limitaciones estructurales que aún persisten en la defensa de los derechos humanos en la provincia.