El descubrimiento de entierros mixtos cuestiona la narrativa histórica sobre las prácticas funerarias egipcias y sugiere una estructura social más compleja
Un análisis reciente de restos óseos encontrados en el yacimiento arqueológico de Tombos, ubicado en el norte de Sudán, ha puesto en duda una de las suposiciones más arraigadas en la egiptología: que las pirámides eran exclusivas de la élite social. Según informó un equipo de investigadores liderado por Sarah Schrader, de la Universidad Estatal de Leiden, los entierros en este sitio, que datan de hace aproximadamente 3.500 años, revelan la presencia de individuos de diferentes niveles sociales en las mismas tumbas piramidales.
De acuerdo con los estudios realizados, Tombos quedó bajo el control del antiguo Egipto durante su apogeo, cuando la civilización faraónica expandió su influencia hacia el sur. Aunque para ese entonces la realeza egipcia había abandonado las pirámides como lugar de entierro, los nobles continuaban utilizándolas. En este sitio, los arqueólogos han identificado las ruinas de al menos cinco pirámides construidas con adobe. Sin embargo, lo que ha sorprendido a los expertos es la diversidad de los restos humanos asociados a estas estructuras funerarias.
Un análisis óseo que revela diferencias sociales
El equipo de Schrader ha trabajado durante más de una década en Tombos, enfocándose en el estudio de los esqueletos encontrados en las tumbas. A través del análisis de las marcas en los huesos, que reflejan el grado de actividad física de los individuos, los investigadores han identificado dos grupos distintos: personas con un estilo de vida sedentario y otras con altos niveles de actividad física. Según detalló Schrader, los primeros probablemente pertenecían a la nobleza, mientras que los segundos podrían haber sido trabajadores o sirvientes.
“Creo que hemos asumido durante demasiado tiempo que las pirámides eran sólo para los ricos”, afirmó Schrader, cuestionando la visión tradicional de que estas estructuras monumentales estaban reservadas exclusivamente para la élite. Su colega, Stuart Tyson Smith, de la Universidad de California en Santa Bárbara, respaldó esta interpretación, señalando que los datos sugieren una convivencia de diferentes clases sociales en las mismas tumbas.
Teorías alternativas y debates en la comunidad científica
No obstante, esta hipótesis no está exenta de controversia. Según publicó el equipo de Schrader, algunos expertos, como Aidan Dodson, de la Universidad de Bristol, han planteado explicaciones alternativas. Dodson sugirió que los individuos básicamente activos podrían haber sido nobles que optaron por mantenerse en forma como una forma de reforzar su estatus social.
A pesar de estas interpretaciones, Schrader y su equipo argumentan que la evidencia arqueológica de otros sitios del antiguo Egipto respalda la idea de que las élites y los trabajadores tenían patrones de actividad física claramente diferenciados. Además, se descarta la posibilidad de que estos entierros mixtos sean resultado de prácticas siniestras, como sacrificios humanos, que habían sido comunes en la región unos 500 años antes. Según Schrader, no existen pruebas de que estas prácticas continúen durante el período en que Tombos estuvo bajo control egipcio.
Sirvientes en el más allá: una posible explicación

Una de las teorías más intrigantes propuestas por el equipo de Schrader es que los trabajadores enterrados en las pirámides podrían haber sido sirvientes destinados a acompañar a sus amos en el más allá. Aunque los antiguos egipcios solían colocar figurillas llamadas ushebtis en las tumbas para cumplir esta función simbólica, es posible que algunos nobles prefirieran enterrar a sus sirvientes reales como una medida adicional. Sin embargo, Schrader subrayó que esta hipótesis aún no puede confirmarse con certeza. “Hay muchas explicaciones posibles”, afirmó.
El descubrimiento en Tombos también plantea interrogantes sobre si este tipo de entierros de estatus mixto era exclusivo de este sitio o si podría reflejar una práctica más generalizada en el antiguo Egipto. Según Wolfram Grajetzki, del University College de Londres, existen indicios en otros lugares que sugieren que altos funcionarios fueron enterrados cerca de sus sirvientes. Este patrón, de confirmarse, podría cambiar significativamente la comprensión de las prácticas funerarias egipcias y su relación con la estructura social.