El hábito de tan solo seis minutos que reduce casi un 70 por ciento el estrés

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En esos momentos en los que el día a día nos sobrepasa, conviene tener a mano una herramienta que nos sirva de válvula de escape y nos ayude a tranquilizarnos.

Más allá de contemplar aquellos aspectos que nos proporcionan bienestar y son indispensables para gozar de una buena salud, como puede ser seguir una dieta equilibrada y mantener un estilo de vida activo en el que el ejercicio físico ocupe un lugar relevante, es preciso prestarle la atención que merece también a la salud mental y tratar de reducir los niveles de ansiedad y de estrés.

La vorágine del día a día, repleta de obligaciones de índole personal y laboral, suele arrastrarnos a territorios en los que la angustia se apodera de nosotros y es en esos momentos cuando conviene tener a mano una herramienta o una estrategia efectiva que nos ayude a lidiar con los problemas y a relajarnos.

Un libro puede leerse en cualquier momento y lugar. (Foto: Adobe Stock)
Un libro puede leerse en cualquier momento y lugar. (Foto: Adobe Stock)

En este sentido, más allá de opciones válidas como escuchar música o dar una reconfortante caminata, algunas investigaciones señalan a la lectura como la opción más eficaz y rápida para reducir el estrés. De hecho, según el prestigioso neuropsicólogo inglés David Lewis, leer un libro es capaz de reducir un 68% el nivel de estrés en sólo seis minutos. Esta conclusión no es nueva ya que es fruto de un trabajo de investigación realizado en 2009 por el experto de la Universidad de Sussex, pero es un buen recordatorio del poder de la lectura.

La mejor opción antiestrés entre otras muy válidas

En el estudio, un grupo de voluntarios se sometió a pruebas y ejercicios para elevar sus niveles de estrés antes de probar diversos métodos tradicionales de relajación. Así, los sujetos sólo necesitaban leer, en silencio, durante seis minutos para ralentizar el ritmo cardíaco y aliviar la tensión muscular. Además, los participantes alcanzaban niveles de estrés más bajos que antes de empezar.

Escuchar música redujo los niveles en un 61%, tomar una taza de té o café los disminuyó en un 54% y dar un paseo en un 42%. Por otro lado, jugar a videojuegos los redujo un 21% desde su nivel más alto, pero los voluntarios seguían teniendo una frecuencia cardiaca superior a la inicial. “Perderse en un libro es lo más en relajación”, asegura el profesor Lewis, quien dijo además que eso es especialmente importante en tiempos de incertidumbre, en los que a todos nos apetece un poco de evasión.

“No importa el libro que leas, si te pierdes en un libro absorbente puedes escapar de las preocupaciones y el estrés del mundo cotidiano y pasar un rato explorando los dominios de la imaginación del autor. No se trata de una mera distracción, sino de una activación de la imaginación, ya que las palabras de la página impresa estimulan la creatividad y provocan un estado alterado de conciencia”, expresó.

La principal hipótesis detrás de estos resultados tiene que ver con que la mente humana tiene que concentrarse en la lectura y la distracción que supone adentrarse en un mundo literario. Eso alivia las tensiones de los músculos y del corazón. Así pues, un buen libro puede ayudarnos a evadirnos en cualquier momento y, aunque no invirtamos mucho tiempo, los resultados son casi instantáneos.

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